Si pudiese borrar algo que no me gusta hoy, borraría la Navidad, me inventaría otra celebración, otros motivos, algo más interesante. Pero bueno aunque me haya atiborrado de películas de súper héroes en las que se pueden hacer cosas fantásticas, aún no tengo ese poder, de manera que me toca lidiar con la realidad, y al final me mimetizaré con todo el mundo y creeré que vivo una época especial y me gastare los dineros en tonterías y me pondré triste un poco más que el resto de los días por los que ya no están.
Así nos lo hemos montado; se pierde la libertad del individuo en favor de la sociedad, y si te descuidas ya no puedes elegir cuando ponerte triste o cuando sentirte solo, en fin yo no seré quien luche contra molinos de viento, pero seguiré viviendo a mi manera.
De todos modos yo debo seguir el sendero, por muy solitario, estrecho y tenebroso que sea, por donde caminar con amor y respeto. Allí donde un hombre se separa de la multitud y sigue su propio camino, allí sin duda hay una bifurcación en la carretera aunque los viajeros asiduos no vean más que un boquete eb la empalizada. Su sendero solitario a campo a través resultará el mejor camino de los dos.
THOREAU, H.D. Una vida sin principios: (texto bilingüe);tradución de María Eugenía Díaz Sánchez. León: Universidad, Secretariado de Publicaciones, D.L. 1995
